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No llamamos Otoño al fin del verano, ni llamamos verano al comienzo del Otoño (Genjo Koan)

“Aprehender el Tao con el Cuerpo”, es la practica de las Artes Internas de Movimiento Chinas
de la Nei Chia Ch’uan Shu, en el contexto y campo de la practica del Zen tradicional y el Tao.

Es una expresión de las enseñanzas del ShiFu Yuan Chueh y la Chin Lien Chia,

la Escuela Ch’an (Zen) del Loto Dorado de China (del Linaje de la Realización Completa)

y el ShiFu Augusto Al Q’adi Alcalde (Roshi), a quien Yuan Chueh autorizo plenamente como guía y

sucesor en su Linaje en el año 1974


Augusto, respondiendo a las sugerencias de su maestro Zen en la Isla de Oahu, Hawaii, reincorporo las Artes Internas del Movimiento a sus propias enseñanzas en el Linaje Soto-Rinzai Zen,en el que el mismo es un sucesor dharma.

En el Zendo y Dojo original de la Isla de Oahu, en la Nacion de Hawaii, del valle de Manoa, se realizaron regularmente y por muchos años intensivos, encuentros,retiros, enseñanzas y practicas guiadas por Augusto tanto como por sus estudiantes avanzados.

También continuaron estas actividades en el Dojo del valle de Palolo,

también en la Isla de Oahu, en la Nación de Hawaii.


Contacto: saludrebelde@yahoo.com.ar

© internacional 1984 Por Augusto Al Q’adi Alcalde


sábado, 18 de septiembre de 2010

A pesar de mi misma: Anne Hopkins Aitken


Anne Hopkins Aitken

Fue llamada Anna Stinchfield Hopkins cuando nació en Cook County, Illinois en Febrero 8, 1911 (certificado de nacimiento #6407).

Anne le dijo a su marido, Robert, que su nombre fue cambiado más tarde (quizás cuando ella tenía seis u ocho años de edad) por qué Stinchfield no salía positivo de acuerdo a la numerología. Su madre, Marian Stinchfield Hopkins, había nacido en Detroit, Michigan, y tenía 25 años cuando nació Anne. Su padre, Lambert Arundel Hopkins, nacido en New México, era un trabajador ferroviario y tenía 29 años a la fecha del nacimiento de Anne.

Anne paso dos años, desde 1929 a 1931, estudiando en la Oxford University y se graduó del Scripps College in Claremont, California (B.A., English, 1932). Luego prosiguió un masters degree en sociología, primero en la Stanford University en 1933, y más tarde en la Northwestern University, entre 1940 en 1942.

Aparte de los años en Oxford, ella también vivió en Inglaterra en el año 1937, y muchas veces en su vida viajó a Suiza, Finlandia, Francia, Alemania, España, Japón, Italia y bastante a Sudamérica.

Ella estaba viviendo en las habitaciones de la Honolulu Diamond Sangha in Pālolo, Honolulu, Hawai‘i,, cuando se enfermó con síntomas de gripe y luego murió de un ataque coronario dos días después, el 13 de junio de 1994.

Por esas cosas de la vida, me tocó estar allí, enseñando y aprendiendo junto a Robert Aitken Roshi, y así, el impacto de la muerte de esta persona, que fue tan importante en mi vida y en mi práctica, una amiga, compañera, madre, "musa inspiradora", mi "Diosa" (Godess) como solía decirle bromeando a través de los muchos años en que fui afortunado de compartir su presencia, el impacto fue fuerte, y sentí a partir de allí que algo, relacionado con "lo femenino", en ese valle y en esa práctica, y muy probablemente tambien en mi mismo, simplemente había volado.

Queda abierta la necesidad y posibilidad de nuevamente evocarlo en nuestras vidas y practicas.

Ella tenía 83 años en ese momento, y su presencia aún perdura, estoy seguro, como inspiración, en muchos corazones y caminares, así como en los míos.

Realmente había una Sociedad Dharma de compañía y amor entre ella y Robert Aitken Roshi. Y la hubo por muchísimos años, y estoy seguro de que prosiguió aún después de su muerte. Ésta posiblemente comenzó durante el viaje de bodas a Japón, vivencia que ella misma describe en el artículo que humildemente traduzco aquí. Y luego en 1959, ella fue una base fuerte que ayudó a fundar el Zendo Koko An, otro lugar histórico y entrañable en el que me tocó vivir, practicar, y que aún existe en mi corazón muchos años después de su desaparición como centro Zen.

Ojalá ese Koko An Zendo original renazca en muchas tierras y corazones, brotando de las esporas que seguramente lanzo al viento del Dharma.

Alguien me dijo, según tengo en mis notas de viaje, es esos tiempos, que Anne "transmitía su comprensión del Zen mediante su presencia, y su caminar flotante y danzado, sus palabras de aliento y de bienvenida, tan claras y consistente a la vez que íntimas, que era como un abrazo, ella sentía que un corazón hermoso, cosas hermosas y acciones hermosas, estaban todas hilvanadas como las cuentas de un collar, su serenidad, humor y perseverancia, esas fueron sus enseñanzas. Evitaba los halagos, aun los sinceros, y sentía que lo que podía ofrecer eran los dones del servicio y la lealtad. A ella le gustaba estar detrás de sí misma y su entrega final fue la de su candor acerca del fin que se acercaba. Ella decía a menudo acerca de la muerte "estamos esperando en una parada de ómnibus, nuestro ómnibus viene, y simplemente lo abordamos..."

En estos tiempos cercanos a la muerte de Aitken Roshi, a 16 años de que "tomara su ómnibus", recuerdo con inmensa gratitud y amor y alegría a Anne Hopkins, así como al viejo Koko An Zendo.

Vaya como agradecimiento y homenaje esta humilde y sentida traducción de una de las pocas cosas publicadas su autoría.

Augusto Alcalde

Septiembre 18 de 2010

saludrebelde@yahoo.com.ar

A pesar de mi misma

Anne Hopkins Aitken

Es sólo recientemente que me he hecho íntimamente consciente de que el corazón del Zen yace la compasión.

Y con esta realización devino cierta comprensión de las influencias, la mayoría de ellas pasando desapercibidas como tales, que me guiaron al Zen.

Uno de mis recuerdos más tempranos es de estar arrodillada frente a una ventana abierta del dormitorio, en una helada y oscura mañana, mucho antes de que fuera tiempo de levantarse. Del otro lado del jardín, en una calle empinada, un hombre estaba entregando la leche que tenía en un carro de madera. Su caballo estaba forcejeando en nuestra colina helada, y él lo estaba apremiando con gritos y golpes de látigo para que siguiera adelante. Y debajo mío, mi madre en camisón corriendo afuera de la nieve, indignada por su crueldad, gritándole que se detuviera.

Esta conciencia de las necesidades y dolores de los demás, y el sentido de una responsabilidad personal de hacer algo, lo que uno pudiera, para ayudar, era una parte de nuestra norma familiar que se daba por sentada-no tanto una influencia como una reacción incorporada en nuestra estructura.

Estaba confinada dentro de los límites de una porción de la sociedad confortablemente situada y convencional. En esos tiempos, quizás mi madre nunca pensó en los problemas del lechero, la probabilidad de una familia temblando de frío en alguna vivienda inadecuada en medio de ese clima severo, dependiendo de que él usara los medios que pudiera para conseguir dinero para alimentos y carbón.

Pero la gentileza de su corazón y, quizás lo más importante, la aceptación inmediata de la responsabilidad personal, eran vividas en su acción.

La otra influencia fuerte en mi vida fue la actitud abierta de mis padres hacia la religión.

Aunque aparentemente convencionales en su pautas generales de vida, eso era enriquecido por el hecho de que eran buscadores religiosos.

Ciencia Cristiana, sesiones con mediums, numerología, escritura automática, misticismo cristiano, astrología, grafología, teosofía, guías espirituales, conferencias de Krishnamurti- todo eso era, en algún momento, parte de nuestras vidas mientras crecimos, y con distintos grados de tolerancia entre los cuatro niños, se daba por sentado asi como las colecciones de música y campamentos de verano en los lagos de Wisconsin.

No se nos trataba de imponer nada de esto, excepto quizás la astrología que mi madre tomó muy seriamente durante unos años, y por lo cual recibió bastantes bromas de sus irreverentes adolescentes.

Desafortunadamente un trabajo compartido en una escuela presbiteriana dominical cuando tenía alrededor de 12 años, me dejó con una sensación de que el cristianismo era una colección de historias más bien aburridas, y más tarde con una asistencia renuente a una iglesia episcopal para complacer a mi muy querida abuela, sólo me llegó como una serie de himnos insípidos no muy bien cantados y un anciano benévolamente divagando sobre algo impreciso desde el púlpito.

Ahora me sorprende que las cualidades místicas y dinámicas del cristianismo que podrían haberme tocado profundamente aún entonces, puedan haber sido tan completamente oscurecidas ya sea por sus propios proponentes o por mi propia y obstinada falta de respuesta atenta y sensible.

El interés de mi padre a lo largo de toda su vida, por la vida del espíritu, de fue la influencia más fuerte en mi propia comprensión religiosa.

Había abandonado el colegio superior después de terminar el primer año para ayudar a mantener a su familia, pero sí había educado pasando todo el tiempo libre en las librerías de segunda mano de Chicago, hablando con los dueños, fijándose a sí mismo cursos de lectura, y comenzando su propia colección de libros.

A través de los años, ésta creció hasta convertirse en una interesante biblioteca de una variedad poco común, incluyendo entre otras especialidades los libros de su propio interés particular, que abarcaban desde D.T. Suzuki, Vivekananda y Aurobindo hasta el Sufismo, y el misticismo, Charles Fort, y las teorías sobre la vida después de la muerte.

El interés de mi madre por la grafología la puso en contacto con una mujer quien, por dos dólares y un párrafo escrito a mano, daba de vuelta un análisis del carácter frecuentemente agudo y sorprendente.

Estábamos todos intrigados por esto, aunque algunas veces nos indignábamos enormemente porque algunos nuevos amigos se sometían al proceso. Mi propio análisis parecía bastante acertado, y terminaba con la frase: "tu alma esta siempre hambrienta, ¿pero con que la alimentas?".

A pesar de lo sentimental de la fraseología, creo que su intuición y la acertada.

Mirando hacia atrás ahora veo cuánto era lo que anhelaba, y sin embargo hubo muchos indicadores que ignore, puertas a las que eche una hojeada y luego pase de largo sin abrirlas, tantas experiencias de las cuales no comprendí el significado fundamental.

Sin embargo, en otro sentido esto también fue una preparación.

Debido al sentido de responsabilidad que mis padres como componente no mencionado de mi crianza, quizás sólo fue natural que, sin que me urgieren a ello, me involucrada en trabajo social

Cierto invierno en Londres, yo y la amiga con quien compartía un departamento trabajábamos en un pequeño centro de asistencia en el distrito pobre de Kesington, donde todas las jóvenes y la mayoría de los muchachos entraban a las fábricas a los 14 años. El director, un hombre joven esforzado y carismático, queria por sobre todo que probaran algo del mundo de las cosas hermosas, con la esperanza de agregarles una dimensión que tuviera un sentido perdurable en la vida monótona y los aguardaba.

Más tarde viví y estudié en un excelente centro asistencial en el distrito polaco del sucio sudoeste de Chicago.

El viejo y decrépito edificio en el que vivíamos y trabajábamos no sólo brincaba sobre el estrépito surgido del tren "L", que pasaba cada 20 minutos, día y noche, sino que estaba a mitad de un camino entre los corrales de ganado y el vaciadero de basura de la ciudad, y como solíamos decir, en una calurosa noche de verano ciertamente lo sabías.

Él Centro Gads Hill estaba dirigido por dos mujeres compasivas y absolutamente comprometidas, una de las cuales era profesora de sociología en Northwestern.

Tenían unas mentes agudas, un duro y vigoroso juicio al estilo Nueva Inglaterra, y un gran sentido del humor, una combinación invencible en esta difícil situación en que se hallaban.

Durante la Segunda Guerra Mundial, esas experiencias parecieron guiarme natural y progresivamente a convertirme en una trabajadora profesional de la Cruz Roja, en el sector de las enfermeras en bases del ejército y haciendo trabajo de recreación en hospitales de las bases; la mayor parte de mi experiencia fue en pabellones psiquiátricos y con casos de cirugía plástica, y descubrimos que, especialmente con la cirugía facial, estaba dentro de las heridas y psicológicamente más traumáticas, aún más que la ceguera.

Pero todo esto está lejos de ser una historia entera, y mirando hacia atrás me siento un tanto consternada, no por el tiempo que pase a la deriva sin otro objetivo que "divertirme" sino por los recuerdos de mis reacciones ensímismadas que me separaban de cualquier cosa que fuera algo más que una consecuencia superficial de las situaciones y de la gente, aún de aquellos a los que amaba.

Hubo períodos, mucho más largos que meros intervalos, en los que me movía en una corriente de búsqueda del placer, participando reuniones divertidas, cambiando trabajos ante un impulso, y en cierto momento hasta rechazando tanto la poesía como el misticismo, y mis anteriores compañeros íntimos, porque sentía que estaban en conflicto con mis intereses políticos más bien superficiales, y con la jovialidad de una vida bulliciosa en ese lugar y más tarde en la Ciudad de México.

Cuando terminó mi trabajo con la Cruz Roja, asistí durante dos años a la escuela de arte, y pase y los tres años siguientes en México.

Fui con algunos artistas amigos, y pronto formamos parte de la colonia de expatriados en el hermoso y pequeño pueblo de San Miguel de Allende.

Allí había una especie de escuela de arte, pero pocos de nosotros estábamos pintando muy seriamente. Era otra vez la búsqueda del placer, la libertad de hacer exactamente lo que queríamos en el momento en que nos daba el impulso, ésa era la tendencia dominante de nuestros días.

Después de tres años de esa libertad, me encontré aburrida más allá de lo inimaginable y para asombro de la mayoría de mis amigos, decidí regresar a casa y-nada menos que-trabajar.

Tuve la buena fortuna de tener conexiones que me llevaron a una escuela co-educacional para pupilos (internados) en Ohio, California, donde enseñe e inicie un trabajo administrativo durante siete años; y allí conocí a Robert Aitken.

Por esos tiempos ya había recobrado mi relación con lo religioso y la poesía, y su interés por el Zen me atrajo inmediatamente.

Algún tiempo más tarde, mi padre me mostró una carta que yo le había escrito desde Inglaterra cuando tenía 18 años. Había terminado de leer un libro sobre Zen, y le escribí que ahora sabía que el Zen era el camino espiritual para mí.

No sólo había olvidado la carta, ya que aparentemente el pensamiento del Zen ni siquiera se cruzó por mi mente en los 20 años o más que siguieron a esta carta.

Bob y yo nos casamos en un mes de febrero, y ese verano fuimos a Japón en luna de miel, yendo directamente al monasterio de Ryutaku donde, hacía alrededor de siete años, él había vivido y entrenado.

Mi recuerdo es que llegamos el día anterior a un Sesshin de siete días al que Bob estaba ansioso de asistir.

Ni siquiera se planteó mi asistencia-era lo último que yo quisiera hacer de todos modos.

Habíamos hecho Zazen unas pocas veces en una pequeña habitación de nuestra casa de adobe en Ohio, y yo había mostrado las reacciones incómodas de un principiante no del todo convencida.

Los almohadones no eran cómodos, el incienso era muy fuerte y mi hacía toser y... y....

Estábamos bajo las tensiones del fin de año escolar, y Bob fue lo bastante inteligente como para no insistir con la cuestión.

Así que en Ryutakuji el abad, Nakagawa Soen Roshi, que había sido un buen amigo de Bob desde hacía un tiempo, siete años atrás, en que él había estado entrenando allí, hizo todo los arreglos para que estuviera cómoda en una pequeña habitación de huéspedes.

El angosto balcón miraba a un pequeño estanque y jardín, detrás del cual estaban los arces y pinos de la colina empinada contra la cual estaba construido el hermoso templo.

Consciente de que me sentiría sola, Soen Roshi me mandó regalos especiales de fruta y tortas, y me dio para que leyera cuanto libro tenía en inglés, e hizo arreglos para que su asistente personal del área en su bicicleta los 2 km que había hasta Mishima, para comprarme cualquier cosa que pudiera querer (pedi un poco de papel de arroz, tinta Sumie y un pincel).

Uno de estos libros me proporcionó una buena trampa.

Era una traducción del siglo XIX de algunos sutras y preceptos, y di con una sección que enumeraba los diferentes modos en que uno acumulaba mérito.

Por alguna razón ésa palabra "méritos" me provocó una fuerte reacción. ¿Acumular méritos? ¿En todo caso que era esto?

¿Era el Zen una clase de jerarquía superior de boy scouts que tenía como objetivo pequeñas estrellas doradas y una insignia de águila sobre un aleteante hábito negro?.

Con nadie con quién hablar que pudiera darme un marco de referencia razonable contra el cual mis inclinaciones pudieran rebotar, me entretuve en encontrar causas crecientes de irritación, no deteniéndome nunca a considerar que podía haber algún error en mis percepciones.

También estaba realmente trastornada por la idea del Kyosaku, al que, como la mayoría de los occidentales no familiarizados con el Zen, no podía visualizar de ningún otro modo más que como castigo.

La línea de Dokusan se formaba en el ancho pasillo del otro lado de los tabiques de la puerta de mi dormitorio. Quizás la madera de este edificio del siglo 18 estaba combada, o quizás no pude resistir y echar una ojeada, pero la escena era tan vivida, y mi impresión de los monjes arrodillados en fila, aguardando la campanilla distante, parecía contener una sugerencia ominosa de severidad y miedo, que los ocasionales gritos y golpes que llegaban de cuarto de Dokusan no contribuyan a disipar. ¡Qué equivocación!.

Entonces de pronto todo término, Soen Roshi apacible y amigable, los monjes relajados joviales, y "mérito" fue reducido a una interpretación sensata.

Pensé: quizás, después de todo no necesito sentirme tan precavida sobre este asunto del Zen.

Unas semanas más tarde, después de algunos viajes con Soen Roshi que incluyeron escalar el monte Fuji, (lo que me es todavía difícil de creer), era ya tiempo para un Sesshin al que todos estaban esperando.

Un anciano sacerdote muy especial, llamado Yasutani Roshi, iba a realizar el Sesshin en un pequeño templo campestre llamado Raikoji, al norte de Tokio.

Yasutani Roshi estaba a la cabeza de un pequeñísimo grupo laico al que nadie en los círculos "formales" del Zen prestaba mucha atención, y su propio templo no era más que una pequeña casa en algún barrio perdido de Tokio.

Nakagawa Soen Roshi era abad de un prestigioso monasterio.

Se decía por allí que su maestro, el abad anterior, había sido consultado por el Emperador, y el mismo tenía una reputación en todo el país de ser el mejor poeta moderno de Haiku de Japón.

Sin embargo, Soen Roshi iba a actuar como guía del Zendo (Jikijitsu) y como intérprete de Yasutani Roshi, algo inaudito, aún en alguien que siempre estaba haciendo lo más inesperado.

Nuestros viajes con Soen Roshi lo habían revelado como uno de los compañeros más deliciosos de viaje, quien, a veces silencioso y distanciado, podía ser cálido e inventivo, comunicativo y alegre, y cuya espontaneidad evocada lo inesperado de cada momento o situación, y también de cada persona.

Cuando llegó el momento de que fuéramos a Tokorozawa, el pequeño pueblo cuyo templo era Raikoji, Soen Roshi me miró con expresión lúdica activa y dijo: "por supuesto, no hay razón para que tú vayas a asistir al Sesshin. Hay una pequeña posada cerca...".

Así que manejamos arriba y abajo por las calles, buscando en vano la posada que quizás se había venido abajo o quizás nunca había existido.

"No importa" dijo Soen Roshi, "conozco un muy buen lugar en el que puedes quedarte estarás muy cómoda".

Así que cuando anocheció llegamos a una pequeña y prolija casa del pueblito, donde recibimos la más cálida de las bienvenidas de un médico que hablo con nosotros en un inglés vacilante, mientras su esposa y su anciana madre no servían de sus hijos miraban asombrados a los forasteros.

El médico había añadido recientemente a la casa una gran habitación para uso de su madre, y me fue otorgado el lugar honrado al lado del tokonoma (alcoba ceremonial).

Había bastante espacio para ambas, la anciana dama y yo, y aquí podía en verdad están muy cómoda mientras los demás estaban sentados en Sesshin en el pequeño templo del otro lado de la campiña.

Pero Soen Roshi, como siempre, tuvo la última palabra.

A las 3:30 de cada mañana la anciana dama se levantaba, y mucho antes de las cuatro ya estaba trotando o de locura sendero que llevaba al templo.

Simplemente no pude quedarme acostada allí, agradablemente envuelta en mi acolchado; esto sería muy humillante, y al segundo día yo estaba trotando ya a su lado.

El principal, y único, salón del templo era un edificio de una sola habitación de 8 m² y cerca había una casa muy pequeña. Esta pequeña casa consistía de dos habitaciones, una para el sacerdote resistente, la otra contenía un pequeñísimo ofuro (bañadera) y la cocina más pequeña posible, equipada con dos braceros de carbón.

En el terreno de atrás había un aljibe y un solo retrete.

El salón del templo estaba cerca de un río, y bajo una de sus paredes pasaba un sendero que era de uso público.

Como hacía calor, todos los shoji (mamparas) estaban abiertos.

Fui recibida sin sorpresa, y fui sentada en una dura silla de comedor tapizada en un terciopelo azul brillante, y me senté durante el Sesshin enfrentando los arbustos verdes del otro lado del sendero público, mirando cómo la gente que pasaba me miraba a mi.

En realidad esto es un poco exagerado.

Creo que los lugareños eran respetuosos del templo y de nuestros procedimientos, pero encaramada sobre esa silla justo encima del sendero, me sentía un tanto conspicua.

Por lo que recuerdo, no me importaba.

No quería hacer Zazen, y realmente no tenía idea de cómo hacer Zazen, y (por lo menos durante la mitad del tiempo) me decía continuamente a mí misma que no lo iba a intentar nuevamente.

Y sin embargo cuando iba a Dokusan con ese maravilloso anciano de ardiente vitalidad, y él enfocaba toda la energía de su frágil cuerpo en lo que me estaba diciendo, era imposible no conmoverse, y entonces a intervalos, comencé a intentarlo.

Mientras el Sesshin ganaba ímpetu y el espíritu de la Sangha se hacía más fuerte, comencé a sentirme más parte de él, más en armonía con el dedicado empeño de esos serios estudiantes en de todas las edades apiñados en esa única habitación pequeña.

El fin del Sesshin fue para mí un momento emotivo inesperado, con el reconocimiento de dos Kenshos, uno de los cuales había sido totalmente tranquilo, y el otro muy dramático.

Al participar en las reacciones de los dos estudiantes involucrados y en las de los otros miembros que se regocijaba con ellos, no pude dejar de comenzar a tomar conciencia de la profundidad e importancia de lo que había ocurrido.

Pero no fue hasta un año más tarde, cuando Soen Roshi vino a Los Angeles después de la muerte de Nyogen Senzaki Sensei y llevó a cabo el primer Sesshin en los Estados Unidos en el pequeño departamento de Sensaki Sensei, que comencé, todavía sin mucho entusiasmo, a tratar de hacer Zazen.

Tres años más tarde, cuando Soen Roshi volvió y dio su primer Sesshin en el Koko An original, alli si comencé a practicarlo de todo corazón.

Pasaron 12 años antes de que pasara mi primer Koan.

Ahora, mientras mi práctica se profundiza, sobre cada vez más consciente de cuan " vasto e insondable" es el camino del Buddha, y a la vez cuán simple.

Siento una gratitud más allá de toda palabra hacia mi maestro actual, Yamada Koun Roshi, que ha hecho lo máximo posible para alentarme en este camino.

sábado, 11 de septiembre de 2010

El Zen, las Moscas, las Artes marciales Internas....

El Zen, las Moscas, las Artes marciales Internas....



Movimiento, cambio de vision, Nueva Subjetividad...

Salud!!!

Augusto

domingo, 5 de septiembre de 2010

Dojo del Puente de Otoño

Algunos lugares en que el Dojo se expresa:


La Quebrada, Río Ceballos, y Barrio La France, Córdoba.
Tambien en Oahu, Hawaii, Santiago de Chile, Patagonia Argentina,
y aqui mismo....

El “Dojo del Puente de Otoño”


Un Dojo flotante, itinerante, trashumante que se establece alí donde los corazones y los pasos comparten este Tao-Dharma-Camino de Liberación personal y social de todos los seres.
Se establece como una Zona Temporariamente Autónoma, por el tiempo que dure nuestra práctica y aprendizaje común, y esparce sus chispas cuando sus pasos huellan otros territorios, de nuestra Madre Tierra, en libertad.

El Dojo es un sencillo y humilde lugar de encuentros y prácticas en el que se desarrollan talleres y actividades relacionadas con las artes, El Zen, prácticas “internas”, y de Cambio Social, así como consultorio de Terapéuticas Naturales, especialmente terapéuticas Tradicionales Chinas e Indígenas de Nuestra Tierra.


Al momento..... esta situado en Río Ceballos,
La Quebrada, frente al Río Izquitipe

Contacto: saludrebelde@yahoo.com.ar

Posee dos habitaciones amplias con baño privado, cocina comedor humilde, y un Dojo equipado para practica Zen de 6 mts x 3 mts, mas biblioteca sobre la tematica.
Es accesible, previo contacto, a personas o grupos afines que quieran hacer actividades, o simplemente, personas que quieran pasar unos dias en el contexto de la practica Zen.

Entrada al "Rincon Cultural"

El Pasaje Antartida Argentina, al costado...

Jardin, Dojo, consultorio y mas...

Entrando por el sendero....

Una vista siempre cambiante del Dojo...

Otra vista.....

El Dojo de Cordoba...ciudad

Dong!!!!!!

Sentado quietamente.....

sábado, 4 de septiembre de 2010

Asumiendo la responsabilidad, por Robert Aitken Roshi

Amigos/as del Dojo, hace un tiempo me puse a traducir una entrevista de Aitken Roshi, y como parte del interesante proceso despues de su muerte, la relei y me sigue gustando.
Interesante lo de Budhismo y Anarquismo, me recuerda nuestras innumerables charlas en afinidad sobre el tema, especialmente sobre P. Kropotkin y su "La Ayuda mutua" ( http://www.solidaridadesrebeldes.kolgados.com.ar/spip.php?article137&var_mode=calcul ) , y sobre Gustav Landauer, llamado "el Anarquista Mistico"....
Tengo un par mas para traducir, que compartire a su momento...
Por ahora va esta....
Salud!!!

Augusto

Asumiendo la Responsabilidad


Una charla de Robert Aitken Roshi

al encuentro de miembros de la Comunidad Budista por la Paz

(Buddhist Peace Fellowship)


Junio 23, 2006

(Traducción de Augusto Alcalde)


Hola a todos/as: estoy feliz de poder dirigirme a Uds., y así tomar parte en su convocatoria. Es muy apropiado que nos encontremos, un tiempo muy apropiado de hecho.

Este es un punto importante en nuestra historia de la religión, y en realidad de nuestra historia secular y laica que tenemos que comprender, tenemos que poder atrapar y internalizar, de un modo tal que podamos hacerlo propio.

No cometan errores. Los Neo Conservadores/as están traicionándonos a nosotros (norteamericanos) y a nuestra herencia política. En solo un corto periodo, los ideales, trabajo de campo y elementos de la justicia social que fueron colocadas en su sitio por Franklin Delano Roosevelt y aquellos/as que lo apoyaban setenta años atrás han sido borradas completamente de un modo tal que aun nuestra constitución esta siendo cuestionada.

Aun los árboles y los ciervos, protegidos por otro Roosevelt una generación atrás, están ahora en peligro.

Al mismo tiempo, nuestra nación ha lanzado un despiadado curso de imperialismo asesino.

Nosotros estamos en un lugar importante en nuestra historia religiosa también. Los escándalos agitan la Iglesia Católica, las iglesias protestantes también son populares de tanto en tanto por motivos que parecen ser superficiales, y otras veces por otros que parecen ser razones bien oscuras.

Los fundadores Budistas en el Occidente están ya sea muertos/as o cerca de morir, y sus sucesores parecen estar recién comenzando a encontrarse a si mismos, para hablar de un modo generoso. Los Islámicos y los Judíos están unos y otros en la mira de una guerra sangrienta.

Spengler llamo a tales puntos “encrucijadas históricas”, como este que hemos alcanzado, “épocas”, dándole un peso apropiado a gestos que de otro modo parecen solo ser parte de una escena.

Yo veo a la crisis presente, una crisis que es cultural y religiosa, en términos del Mahayana, pero nosotros en la Comunidad Budista por la Paz (Buddhist Peace Fellowship) venimos de y estamos hechos/as de muchas clases de Budistas.

Aquellos/as de Uds. que encuentran su hogar en el Theravada o en el Vajrayana como tradiciones, tendrán a su vez que buscar la analogía apropiada.

Están así atascados/as aquí con alguien como yo que ha crecido en la tradición Zen del Mahayana, y a su vez confío en que Uds. serán capaces de usar mis palabras en correspondencia con los puntos que les sean mas familiares, y realizar que el momento presente es en verdad una época para todos/as nosotros/as.

Es posible mostrar que en el curso de la historia, las épocas han marcado al Mahayana con un firme desplegarse de la religión, hacia el Comienzo, el Principio, con la experiencia del Buda bajo el Arbol Bodhi, este movimiento ha capacitado a los/as estudiantes a tomar el parpadear de la Estrella de la Mañana y el vasto universo de sus implicaciones mas y mas hacia dentro de sus corazónes.

Ustedes y yo no estaríamos aquí si no fuera por la sangre derramada en los esfuerzos de los “caballos de trabajo” del pasado, que dieron los pasos que era necesario dar, por ejemplo, hacer a este encuentro posible y apropiado.

Escaneando nuestro árbol de la herencia, hay algunos nombres importantes que se destacan.

Baizhang Huaihai es uno de los que se destaca, para mí. Nacido solo siete años después de la muerte de Huineng, el sexto maestro fundador, y el mismo un heredero Dharma de Mazu Daoyi, el fue así una parte del florecimiento del Ch’an temprano que fue también fertilizado por tales ilustres figuras como Yunyang Tansheng y Nanguan Puyuan.

El Buddhismo clásico evoluciono a lo largo de esto en paralelo con las enseñanzas de aquellas figuras tempranas. Los discípulos del Buda y sus sucesores/as a traves de muchos cientos de años han mantenido la enseñanza de su fundador como un sistema cerrado, con los seguidores laicos/as esperando ansiosamente el renacimiento como monjes, que son los que tienen la palabra verdadera-y en el medio apoyando a los afortunados monjes de su tiempo y ocupándose de sus necesidades y bienestar. Los maestros occidentales Theravadas están rompiendo algunos de estos modos, y los invito así a hablar por si mismos en este encuentro.

Cuando Baizhang estaba activo, en los siglos octavo y comienzo del noveno de nuestra era, eran todavía monjes Mahayana que aplicaban los preceptos antiguos dentro de su limite exclusivo:

un monje pregunto:”en el cortar plantas, hachar leña, y cavar el suelo, habrá alguna forma de retribución por el obrar equivocado?”

Baizhang dijo:”Uno no puede decir definitivamente que hay un hacer erróneo. Como puede uno decir definitivamente que no hay un hacer errado?”

El hacer, el obrar equivocado no es algo que simplemente esta allí afuera. Subyace en tu intención, si es que esta allí en absoluto. Alguien tiene que limpiar el cepillo y hachar la leña. Tu pregunta es literalmente clásica, es tiempo ahora de abrir el sistema. No eres así un especialista que puede sostenerse a si mismo en soledad lejos del mal Karma mediante el hacer que otro haga tus malas acciones.

Baizhang clarifica este punto en un dialogo con Yunyan, el que se convirtió en un ancestro en la Escuela Soto:

Yunyan pregunto:”Todos los dias tenemos que trabajar. Para quien lo hacemos?”

Baizhang dijo: “Hay alguien que lo requiere”.

Yunyan dijo: “Por que no dejamos que esa persona lo haga?”.

Baizhang dijo:”No tiene herramientas.”

Cual es el antecedente del pronombre “el”? podría ser “ella”, por supuesto, dependiendo en quien esta preguntando. El Mahayana surge con esta pregunta, esta cuestión.

El o ella esta ya hecha cuerpo-carne, por supuesto, pero no reconocido/a.

Es solo cuando el o ella es reconocido/a, de una vez y para siempre, que el Dharma se puede manifestar, es solo cuando el o ella (comprende) “under-stands”, se “para-abajo” que el Buda Dharma Ch’an se puede manifestar.

Algunos de los contemporáneos de Baizhang simple y solamente ocuparon algunas alas en monasterios esotéricos o Tiantai. De acuerdo con la tradición, fue Baizhang el que formulo el primer código monástico para un monasterio Ch’an independiente, el código que aun hoy todavía subyace en las reglas y regulaciones de la vida monástica Zen.

Cuando Baizhang estaba en sus ochentas sus monjes sintieron que el debería descansar, y no aparecer con los otros al tiempo del Samu. Le ocultaron sus herramientas, y así le dieron la oportunidad de proferir su más famoso dicho. Al tiempo de la próxima comida, se encerró y rechazo su alimento, diciendo, “Un dia sin trabajo es un día sin comida”.

Esto llevo a la expresión que esta conectada con Samu: “todos/as invitados/as”. Todo el mundo llega.

Esto pone la responsabilidad por el Dharma en cada estudiante, allí donde esta y pertenece. Ha tomado muchos siglos de procesos y algo más para que este cambio aparezca con su propio ser, y de ningún modo ha terminado. El proceso es la “Laicización”.

Yo recuerdo cuando unos treinta años atrás visite las Sanghas Zen de Los Ángeles y San Francisco. En los periodos de preguntas, se me preguntaba acerca de la práctica laica.

Esto era un poco como preguntar a un pez como son las cosas allí en el mar. La pregunta simplemente no surgía en la exclusivamente laica Sangha Diamante.

Era, aun así, completamente natural en el San Francisco Zen Center y el Centro Zen de Los Ángeles, donde había dos vías de entrenamiento y practica, laica, y clerical.

La vía laica era inferior a la clerical, y al mismo tiempo el camino hacia arriba excluía la realización. Recuerdo la objeción a un nuevo director de la Sangha de San Francisco, de que ella no había tenido la visión de la Gran Cuestión.

Esto es, que ella no había tenido la visión de lo que el Buda vio sentado allí bajo el Arbol Bodhi tiempo atrás.

Todo el Mahayana ha evolucionado a partir de esa visión, la vaciedad de todas las cosas, la inclusión de todo en cada ser, y la naturaleza preciosa de cada ser en si mismo/a- todo esto como un libro cerrado para la nueva persona en posición ejecutiva cuyo éxito descansaba en el haber sido una buena persona con habilidades administrativas, que habían sido afiladas en una vida completa de interacción en la sangha.

Corro el riesgo de caer en otra clase de engreimiento aquí. Mientras es importante para nuestra Mahasangha que este sazonada con personas de realización, hay algunos/as que ven el punto en las bromas de Hakuin y Dogen, y que al mismo tiempo no se sienten confortables en un sillón de maestros, que ata.

Esas son las luminarias hacia las cuales el Dalai Lama, por ejemplo, se vuelca con sus dilemas.

La plenitud y realización en el Dharma no requiere una cierta posición social.

Aun más, es importante que no estemos atrapados en una falsa tradición.

Al rastrear nuestra historia hacia atrás a traves del Lejano Este, es claro que heredamos la presunción de que los/as estudiantes del Dharma no se involucran ellos mismos en la acción política. Yo estoy convencido de que esto es una clase de punto fijo como el sexismo, que no es esencial para el Dharma.

El movimiento del Mahayana nos ha capacitado claramente para tocar el Irak y el Darfur en nosotros/as mismos/as y en mi, y el interés y preocupación por esas partes de nosotros mismos/as es seguramente compartida en la Comunidad Budista por la Paz (Buddhist Peace Fellowship). Nos alienta a actualizarnos con nuestra lectura de Robert Fisk y Antonia Juhasz y a hablar y también actuar de acuerdo con esto.

Aquellos que quieran continuar buscando conexiones deberían hacerlo, pero es en el leer y en las conversaciones con los amigos/as y maestros donde tales búsquedas son completadas y realizadas. Aquellos indecisos/as deben reconocer que aguaran la función si insisten en que la Comunidad Budista por la Paz camine despacio y sirva como un medio en sus búsquedas. Nuestro proceso es suficientemente lento y lleno de equívocos así como es ya.

Justo como los Estados Unidos están todavía buscando el poder vivir de acuerdo con las proclamaciones de Abraham Lincoln, así también el Buddhismo Mahayana y sus seguidores todavía buscan vivir de acuerdo con las visiones de los/as genios Budistas del siglo ocho, los que a su vez descansan en las propias proclamaciones del Buda.

Los votos antiguos que nosotros tomamos no son más que sentido común profundo.

El hecho de ver que los/as Iraquíes son mis hermanos y hermanas no necesita estar envuelto en hábitos color azafrán.

La Comunidad Budista por la Paz es nuestro vehiculo, justo como otros modos de Buddhismo son también vehículos. Usémosla como vehiculo hacia el más común de los sentidos que podamos conjurar.

Nuestro modelo son los Dukabors, los que quemaron sus casas y marcharon completamente desnudos como un modo de exponer y afirmar sus “sentidocomunicos” puntos humanos. No los despreciemos como simplemente Dukabors. Ellos son hermanos y hermanas, aun con sus desnudos pitos y tetas y todo lo demás. Ellos/as son su propio vehiculo y pueden enseñarnos algo también.

Los "Tres Cuerpos del Buddha", él Trikaya, puede ser probado en una dimensión muy clara y concreta, como pitos y tetas, sino que es lo que estamos haciendo aquí? Solamente haciendo una marcha detrás de una bandera y haciendo sonar tambores? Namu Myoho Renge Kyo! Todos hemos hecho en todo y es bastante entretenido.

Pero ahora con la cultura humana yéndose a través del inodoro, con Sessho y Bach y Shakespeare haciendo "glug glug", es tiempo ya de sacarnos nuestros mantos color azafrán y hacer resurgir nuestra resistencia desnuda y vehemente.

Bueno entonces, el Trikaya.

Para comenzar no hay un si-mismo esencial, no hay alma (o espíritu). El Dharmakaya no está hecho de ángeles cantando "saludos a María", Nembutsu o cualquier otra cosa.

Justo aquí estamos enfrentados con las dificultades de la religión comparativa. Es difícil alcanzar la armonía con los musulmanes a través del Corán y su justicia social si es concebida como una de la Era de Bronce.

Los Musulmanes mismos han alcanzado la armonía mediante el uso juicioso de la acomodación y la metáfora en el movimiento de la Sabiduría Perenne. Aún como líderes de sus movimientos.

Esto es una constelación extensa que se extiende desde la Teosofia para incluir tales luminarias como Mircea Eliade y Ananda Coomaraswami. Es una constelación formidable y no siempre completamente convincente.

Es mucho más fácil encontrar la armonía en nuestras camas, murmurando simplemente “Goojee goojee goo.”

Preguntenles a las muchas parejas en Tailandia que son musulmanes y budistas. Ellos no te hablarán acerca de las charlas con su almohada pero sus sonrisas y las sonrisas de sus niños señalarán justamente el punto.

Luego está el Sambhogakaya.

Tú quieres un "alma" o "espíritu"? Hay sólo un lugar donde encontramos esta alma o espíritu, y éste es allí donde es compartido, y no simplemente con nuestros compañeros.

Los biólogos progresivos conjeturan que cada hoja de cada árbol contiene la memoria universal. El niño está listo para estar seguro de que el sapo y la serpiente de cascabel son buenas madres hasta que los adultos los persuaden de lo contrario. La totalidad del universo está saltando también en una interrelación, en un fascinante montaje de unión.

Los pájaros lo hacen, las abejas lo hacen, porque la unión está ya allí, impelida para ser confirmada una y otra y otra vez, cada toque en el momento es otra confirmación de la propia visión del Buda de como las cosas fueron al comienzo.

Finalmente, el Nirmanakaya.

Este es el punto- no él vacío o aquel que es todo inclusivo- este es el punto mismo.

Un día Baizhang y Mazu estaban caminando juntos. Súbitamente un pato salvaje voló por allí. Mazu dijo, ¿" Que fue eso"?

Baizhang dijo, "un pato salvaje".

Mazu dijo, "adonde fue?

Baizhang dijo, "voló a lo lejos". Mazu aferro la nariz de Baizhang y le dio un fuerte tiron. Baizhang gritó en medio del dolor, " Bueno! Cuando fue que voló a lo lejos?" (4) (8)

Esta es la historia de Kensho (realización) de Baizhang, pero del mismo modo que sucede con muchos estudiantes, él Kensho fue de sólo el comienzo para Baizhang (ir a las notas al final de este escrito para la continuación de esta historia)

Gira, ve hacia tu propia experiencia. No hay nada que sea "el todo y el final” en el kensho, y aquellos que implican lo contrario no saben de lo que hablan. Uno tras otro surge allí afuera, y en la mente también. Cuán afortunado es el ser un ser humano!.

Mucha gente ha aprendido a tratar los puntos como un continuum.

Juntan los espacios entre los puntos, y terminan con sólo una línea que diluye los puntos y los espacios también.

Qué enorme lástima! Es justo esto!!! Ouch! Ding!

Algunos puntos pueden ser puntos de giro, de transformación, y me gustaría pensar que esta convocatoria es una oportunidad de ese tipo. Todo está sobre la mesa. Ha sido puesto allí para nosotros.

Como nación estamos en un sendero que va hacia abajo, invadiendo el mundo, como Antonia Juhasz dice, invadiendo el mundo de a una economía por vez. (5)

Estamos nosotros en un sitio desde donde podemos hablar?

Si somos una organización que estaba eximida de impuestos no estamos en un lugar desde donde podemos hablar, estamos constantemente a la defensiva para proteger nuestro estatus, y así no decimos o hacemos lo que pensamos o creemos, y después de un tiempo en realidad hacemos y decimos aquello en lo que creemos y esto es algo ignorado por los conspiradores del mal que estén a cargo y con los cuales podamos estar viviendo.

Las comunidades de base anarquistas se vuelven centros para entrenar a la gente para ser voluntarios en organizaciones sin fines de lucro, por ejemplo. Qué hacer entonces?

Al preparar esta charla, me pregunté a mí mismo, que haría Emma Goldman? Que haría Dorothy Day? Que haría Kathy Kelly? Que haría Baizhang Huaihai?

Eso es fácil. No puedo conjeturar acerca de Baizhang, por supuesto, pero los otros/as seguramente no estarían eximidos de impuestos en absoluto.

Pero si ellos estuvieran exentos (como nosotros lo estamos), que entonces?

Puedo imaginar un diseño en mi cabeza, como de subdividir la propiedad de Alcatraz Avenue en Berkeley, y con un montón de nosotros apareciendo por allí y comprando una pequeña parte. Luego alquilaríamos nuestra parte a compañeros que no quieren tener exención de impuestos de todos modos.

No, eso sería bastante retorcido, probablemente sujeto a indagaciones cuando llega al momento de los impuestos. Es mejor para un grupo de nosotros dentro de la Comunidad el llamarnos a nosotros mismos el “Grupo Informal Anarquista Budista” o algo así y simplemente encontrarnos para un café alrededor de la mesa de cocina de alguien en algún sitio.

Por que "anarquista?"

Porque somos Budistas.

Budismo es anarquismo, después de todo, porque el anarquismo es amor, confianza, no egoísmo y todas aquellas buenas virtudes budistas, incluyendo una falta total de imposición sobre el otro.

Durante el siglo XIX y aún el comienzo del 20, los anarquistas europeos y luego los americanos ocuparon escenarios respetados en circuitos de conferencias desde Boston y Nueva York y a través del continente hacia Seatle, San Francisco y Los Angeles.

Esta extensa lista de distinguidos conferenciantes incluía al anarquista Har Dayal, autor de "La Doctrina Del Bodhisatva en la Literatura Sanscrita", un texto importante que debería estar en todas nuestras bibliotecas, en que llegó a los circuitos de conferencias de América desde India a través de Londres para inspirar a nuestros abuelos y a sus padres.

Hoy estamos levantados en contra del rostro de hierro de una opinión pública cuidadosamente moldeada. Desde la tragedia de Haymarket en 1886 hasta los juicios de Sacco y Vanzetti en 1921, hubieron en los Estados Unidos casi medio siglo de comportamiento arreglado, por mentes sangrientas, y al final exitoso, para borrar al anarquismo y sus devotos de todo discurso civilizado.

Hasta este día, aún en un encuentro como el nuestro, la misma palabra "anarquista" evoca a un extranjero mal peinado con una bomba a punto de estallar en el bolsillo de atrás de su pantalón. Podría así parecer mejor el mantener las dos palabras en dos pequeñas cajas separadas.

Pero eso no funciona. Vayan a Google, pongan las palabras "Anarquismo Budista", y vean lo que pasa. El número de links los va a sorprender.

Más aún, excepto por las referencias al artículo que lleva ese nombre escrito por Gary Snyder en el primero de los "Diarios por la Protección de Todos los Seres" allí en 1962, todos los encuentros serán acerca de él Budismo Clásico, en las propias palabras de Buda. El ensayo de Gary referido al sutra Hua Yen es muy bueno, pero hay un mundo de otras posibles referencias Mahayana.

Los "Tres Cuerpos del Buda," por ejemplo.

Todo en realidad está vacío, personalmente interconectado, y es precioso en sí mismo.

No necesitamos algún tipo vestido con manto color azafrán que nos cuente eso.

Aparte de lo que encontramos en Google y de cualquier clase de Budismo, nuestro sentido común nos dice lo mismo. El Anarquismo tiene sentido aunque muchos pongan caras de hierro, a pesar de las repercusiones de la tragedia de Haymarket y todas las despiadadas persecuciones que la siguieron, además de los juicios y las ejecuciones.

La voz solitaria y temblorosas de Lucy Parsons nos coloca en una vergonzosa situación(6)

Es ya tiempo de colocarnos a nosotros mismos en la posición donde no tenemos nada que proteger.

Ningún ego grupal allí. No nombre, no slogan.

Como el rey Christian X de Dinamarca podemos todos nosotros usar como nuestra ropa la estrella amarilla.

Podemos todos agitar la bandera negra, sin color ni diseño. Es el diseño lo que nos hace a nosotros dentro de ella. Hay sólo una cosa que funciona el frente de las caras de hierro, y eso es la decencia. Mediante el ser decente, no quiero decir ser agradable, lo que quiero decir es la responsabilidad Mahayana.

No es agradable bloquear la entrada. Una conducta Mahayana decente implica comportarse apropiadamente.

Es seguramente apropiado en estos días en los que se justifica la tortura y el fósforo blanco como armas, sostener un espejo inexorable para los amigos que están haciendo surgir el infierno en nuestro nombre- y luego seguir a través de ello con una agenda esencial que no es necesariamente legal, como el contrabandear medicina al pueblo de Irak- el programa de Voices in the Wilderness (Voces en lo Salvaje) antes que la situación se vuelva demasiado peligrosa- o establecer un hogar intermedio para los prisioneros recientemente liberados, como el Olympia Zen Center, o el alimentar a los necesitados, cinco días por semana, semana tras semana por años y años, así como las casas de Catholic Worker que existen a través del país.

La agenda, la tarea esencial no es un hobby, después de todo.


Notas:

(1) para él Buddhist Peace Fellowship (Comunidad Buddhista por la Paz), en circuito cerrado de televisión, junio 23, 2006

(2) Thomas Cleary, traductor, en Saying and Doings of Pai-Chang: Ch’an Master of Great

Wisdom (Los Angeles: Center Publications, 1978), p. 42.

3 Ibid., p. 26.

4 Nelson Foster y Jack Shoemaker, The Roaring Stream: A New Zen Reader

(Hopewell, NJ: The Ecco Press, 1996), p. 59.

5 Antonia Juhaz, The Bush Agenda: Invading the World One Economy at a time (New

York: Regan Books, 2006). Este es un libro escrito concisamente, meticulosamente anotado, que pide desesperadamente ser leído asimilado y actuado

6 Lucy Parsons, la viuda de Albert Parsons, que llevó adelante su trabajo en frente a las grandes dificultades después de la ejecución relacionada con Haymarket. Esto es feliz de reportar que al día presente el Lucy Parsons Center, una librería manejada colectivamente que es también un centro comunitario, está abierto a los visitantes y clientes en Boston's South End.